Desde AIDURU, S.L.U. queremos denunciar y condenar cualquier tipo de
violencia que se ejerce sobre la mujer: el maltrato físico, que deja
marca y duele, que humilla y somete; el abuso verbal y maltrato
psicológico, que destruye, anula y aniquila la individualidad de la
mujer; y el maltrato sexual, que cosifica y denigra.
Queremos proclamar que la sociedad no puede ni debe tolerar ni
una muerte ni una agresión más.
Queremos proclamar que la sociedad no puede justificar ni
proteger a los hombres que agreden, insultan, humillan, acosan y
asesinan.
Queremos proclamar que ninguna mujer merece ser maltratada, y
que nada justifica al hombre que emplea la violencia para
doblegarla y someterla con el único fin de perpetuar el machismo.
Queremos pedir: que las instituciones responsables articulen todos los recursos a
su alcance para luchar contra esta lacra social, remando todas en la
misma dirección.
Que las mujeres tengan una respuesta inmediata y efectiva cuando
piden ayuda, garantizando su seguridad y propiciando su bienestar
y el de sus hijos e hijas, articulando programas de atención
integrales que les ayuden a recuperar una vida digna y libre de
violencia.
Que las instituciones mantengan la vigilancia y la atención a las
mujeres una vez abandonados los recursos de acogida para que
ellas y sus hijos se sientan protegidas y acompañadas en su proceso
de vida independiente y autónoma.
Que se redoblen los esfuerzos para atender las necesidades
especiales de mujeres víctimas de violencia de género: mujeres con
discapacidad que por su situación necesitan un mayor apoyo y
tutela, adaptando los recursos a sus especificidades; mujeres
inmigrantes que son doblemente victimizadas y que lejos de los
suyos se encuentran en una mayor situación de indefensión;
mujeres jóvenes que la crudeza de la violencia golpea en una
personalidad no conformada y que a veces se minimiza el alcance
de su sufrimiento.
También queremos pedir de forma especial que se
doten de todos los recursos y todas las instituciones se coordinen
para atender a los menores que son víctimas de violencia de
género, poniendo en marcha programas educativos y de atención
psicológica especializada y específicos. Muchos niños y niñas la sufren a diario en su propio hogar, tenemos
que protegerles.
En esta época convulsa y de crisis que nos está tocando vivir
necesitamos seguir promoviendo medidas que fomenten la igualdad
entre hombres y mujeres, la necesidad de convivir en todos los
entornos sin violencia, estableciendo mecanismos pacíficos de
mediación para la resolución de conflictos, esto se consigue desde
la educación, desde los medios de comunicación y desde la familia.
Finalmente agradecemos el trabajo de todas las instituciones implicadas
en la atención y prevención de la violencia de género. Aún así, parece no ser suficiente el esfuerzo realizado para impedir
la muerte y el maltrato. Y es que es tarea de toda la sociedad, de
cada una de las personas que la integramos concienciarnos contra
la violencia y actuar contra ella.